Siete axiomas para el teletrabajo

CEO S22 Digital– Directora Legal Risk LAB

Siete axiomas para el teletrabajo

Elvira Torres

La era pos Covid-19 acaba de empezar, y voy a proponer siete axiomas para el teletrabajo, partiendo de la base de que me refiero a todos aquellos negocios que pueden cubrir sus objetivos en un 100% en teletrabajo.

¿Por qué? Porque el teletrabajo ha llegado para quedarse, y cambiar no solo nuestra manera de trabajar sino nuestra manera de vivir.

Una de las sorpresas, a pesar del relativo buen funcionamiento del teletrabajo a nivel global por la pandemia de Covid-19, es la reticencia de ciertas empresas de adaptar el teletrabajo. Si bien es cierto que existen iniciativas futuristas hacia el teletrabajo como la de ING o Google, todavía algunas empresas se muestran reacias a dejar teletrabajar a sus empleados. La posición del “jefe tradicional” prevalece en algunas áreas mostrando y prefiriendo una estructura jerárquica y controladora, frente al “jefe en teletrabajo” basado en una selección más precisa del personal, y favorecedor de una estructura más horizontal que vertical, es decir de índole colaborativa. Podríamos vincular el «jefe tradicional» la idea del jefe oficinista. Muchos de estas personas o de estas estructuras han llegado a exigir trabajar en oficina, a pesar de que los trabajadores han demostrado ser más eficientes trabajando en casa con la mala noticia de trabajar en oficina no garantiza el riesgo 0 para el Covid-19. Una mascarilla, un bote de gel hidroalcohólico o un pdf explicativo de como lavarse las manos (tan de moda en la actualidad) no garantizan el riesgo 0. No obstante, el teletrabajo tiene muchos más beneficios que el de “evitar contagiarse”, y es por ello, que quiero abogar por siete tesis del teletrabajo. . Una de las cuestiones más llamativas fue que al instaurarse el Estado de alarma, algunos empleados en teletrabajo se quejaban reiteradamente, al asociar la idea de teletrabajo al confinamiento y a una disponibilidad durante 24 horas al día siete días a la semana (24-7). Es, por ello, que teletrabajar no puede significar mayor disponibilidad que el presencialismo ni falta de respeto a los tiempos de descanso, ni a cualquier otro derecho laboral. Una vez hechas las anteriores matizaciones, me gustaría abogar por lo que he llamado los siete axiomas del teletrabajo:

1. El trabajo NO determina donde vives. A corto plazo, esto supone que muchas personas se van a ir a su segunda residencia a vivir. Otras directamente abandonarán el alquiler de apartamentos y pisos excesivamente caros en ciudades altamente pobladas como Madrid o Barcelona y se transformarán en nómadas digitales. A medio plazo, cambiará nuestra manera de consumir. ¿De verdad necesitas otro coche más?, y esto supondrá una mejora medioambiental.  No obstante, a largo plazo el efecto será más positivo para la libre competencia. Una persona en teletrabajo puede presentarse a un proceso de selección de un área geográfica mucho más lejana. Es decir, me contrata una empresa con domicilio social en Vigo y trabajo en un pueblo de Málaga al lado de la playa. Luego, no busco trabajo en Málaga, sino mi área de búsqueda del trabajo es todo el mundo. Esto ya se ha dado en muchos sectores digitales como diseño web, gestión de redes sociales o SEO, y se podría aplicar perfectamente a otros sectores, dando lugar a “la deslocalización del trabajador”.

2. El trabajo NO determina tu tiempo. El proyecto de ley de teletrabajo plantea la posibilidad de gestionar tu tiempo. En un país tan presencialista como España eso parece casi una aberración. Sin embargo, el orden de los factores no altera el producto, y en algunos sectores parece incluso mejor tener a personas activas en determinadas zonas horarias (e.g. pocos despachos de abogados tienen a alguien entre las 14.00 a 16.00 horas). Hace algún tiempo, vi que en LinkedIn un headhunter contestaba a un junior que quería tener dos horas al día para hacer ejercicio físico, diciendo que se centraba en el Derecho, o en ir al gimnasio. La idea se fundamentaba de los despachos de abogados son así, y seguirán siendo así por los siglos de los siglos. No obstante, pocas veces una idea brillante ocurre tras catorce horas de trabajo, y tener una vida equilibrada suele hacerte mejor persona y mejor profesional. Generalmente eso no se consigue con un curso de empresa, sino con una mejor gestión del tiempo. Tener tiempo libre y disfrutar de ello, no te hace ser peor profesional, sino todo lo contrario. El tiempo libre no será lo que haces después de trabajar, sino aquello que gestionas con tu vida laboral, y no dedicar tiempo al desplazamiento mejorará indudablemente tu satisfacción personal y tu gestión del tiempo.

3. Un nuevo tipo de trabajador: el trabajador proactivo. En muchas empresas se promueve un trabajador obediente. Es decir, aquel que hace lo que le dicen que debe hacer. El trabajador en teletrabajo debe ser capaz de resolverse los problemas técnicos, capaz de organizarse su propia jornada laboral, los medios necesarios y los resultados a obtener. No va a tener una secretaria que le imprima y encuaderne los documentos, ni un servicio técnico que le desbloquee el ordenador cada vez que se olvide introducir una actualización. En consecuencia, la capacidad proactiva debe prevalecer a la obediencia al sistema, y eso debe afectar a las políticas de selección de personal.

4. Un nuevo tipo de jefe: el jefe trabajador e interactivo. El jefe debe justificar su trabajo de forma independiente, no como una mera actividad de control de los empleados. El teletrabajo ha demostrado que no necesitas tener a una persona mirando por encima de tu ordenador para hacer lo que debes. La actividad de control, y las estructuras jerárquicas deben adaptarse al teletrabajo. La idea de “despachar con tu jefe un asunto” debe quedar desterrada. Una videoconferencia gestiona mejor el tiempo que tres horas en una sala de reuniones.

5. Un nuevo espacio de trabajo común: sostenible y respetuoso con la salud del trabajador. El teletrabajo va a reducir el espacio de las oficinas requerido, disminuyendo los costes fijos de las empresas, pero también va a cambiar el espacio inmobiliario requerido en las ciudades. El efecto a corto y medio plazo puede ser devastador para los propietarios de oficinas, pero a largo plazo supondrá una remodelación del sistema de oficinas. Siguiendo las indicaciones de prevención del Covid-19 podemos señalar como rasgos:

  • No más de seis personas en un mismo espacio cerrado. Se han puesto de moda oficinas de coworking con demasiadas personas compartiendo el mismo espacio. Sin ventanas y con ventilación artificial constante. Realmente las oficinas no han cambiado tanto desde la película “El apartamento” de Billy Wilder, lo único que ahora son más coloridas (añadimos el futbolín y hacemos una foto del equipo para redes sociales). Generalmente la gente trabaja mejor en casa porque tiene más espacio que el trabajo.
  • Uso de luz natural y de aire natural. Esto no significa no poner el aire acondicionado, ni la calefacción, significa dejar de construir y habilitar oficinas donde no hay ventilación. Esto es, sostenibilidad y eficiencia de los edificios así como salud para los trabajadores

6. El teletrabajo como beneficio laboral. Vivir en las grandes ciudades se ha convertido de repente en una carga excesiva. Sitios caros y sin espacio para pasear sin mascarilla. El trabajador ya no va a querer cobrar por “estar en la oficina”, quiere cobrar por lo que realmente hace. Prefiere determinar su tiempo, su vida y su trabajo por el mismo, y esa libertad vale dinero.

7. Las videoconferencias como gestión del tiempo, dinero y espacio. El sistema de videoconferencia ya existía en febrero de 2020, pero cualquier proyecto de cierta índole exigía una reunión presencial ya fuera o dentro de la empresa. Esto suponía un coste de desplazamiento y de tiempo. Debemos reconocer que al principio del Estado de alarma las videoconferencias tendían a extenderse, dado que sociológicamente estaba mal visto desconectarse “pronto”, especialmente si uno estaba encerrado en casa en el confinamiento (viviendo la “Gran Reclusión”) y parecía que “no tenías otra cosa que hacer”. Sin embargo, el empleado ha aprendido rápidamente a conectarse sin servicio IT de apoyo, y a gestionar los tiempos, y ha descubierto que por muy larga que sea una reunión online, siempre será más extensa en la vía presencial.

Elvira Torres Benito.

Socia MediaLaw Tech & Legal

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Fuente de la imagen: El apartamento de Billy Wilder.

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